No todos los países del mundo pueden presumir de tener una historia tan larga y densa como Israel y en pocos lugares ésta se hace tan palpable como en Masada, la formidable fortaleza en mitad del desierto en la que los últimos rebeldes hebreos resistieron al invasor romano en un episodio muy similar (y con el mismo trágico final) a la Numancia española.
En una nación formalmente nueva y necesitada de referentes heroicos esa historia, y también la innegable belleza del lugar, han hecho de Masada uno de los referentes turísticos actuales del país hebreo y, en definitiva, uno de esos sitios que no debe dejar de visitar si viaja a Tierra Santa. Pero no crean es es sólo una excursión a un sitio curioso: Masada fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la ONU en el año 2001, y esa es una distinción que sólo 8 lugares de Israel tienen.
Además, el visitante que tenga la suerte de conocer Masada podrá completar su día con un baño en uno de los mares más conocidos y peculiares del mundo, famoso a pesar de que su tamaño es tan pequeño que hasta podríamos poner en duda que llamarle mar se lo más adecuado; no obstante, ese es su nombre y así se le conoce: el Mar Muerto, con sus aguas salinas y sus baños de barro.
Llegar hasta Masada solo le costará un par de horas desde Jerusalén por una carretera que en su tramo final le ofrecerá unas vistas espléndidas del Mar Muerto y del impresionante desierto de Judea. También pasarán junto Qumrán, un secarral olvidado de Dios hasta que en 1947 se hizo en unas cuevas uno de los hallazgos arqueológicos más notables del pasado siglo: los rollos, o manuscritos, del Mar Muerto.
Poco después nos encontraremos a los pies de Masada y, probablemente, sentiremos parte de la desazón que debió sentir el gobernador romano Lucio Flavio Silva cuando comprobó la dificultad de la tarea que tenía pendiente. No en vano hasta el nombre de Masada viene de la palabra hebrea que significa fortaleza y la propia montaña tiene la imponente apariencia de un enorme castillo en el que la muralla es un acantilado de varios cientos de metros de altura.
La subida es tan escarpada y difícil que se optó por una solución un tanto radical para que los turistas pudiesen llegar a la cima, ya que los dos pequeños caminos que serpenteaban ladera arriba eran muy peligrosos; ahora, mucho más seguros e infinitamente más descansados se llega a la cumbre en un espectacular teléferico con grandes y confortables cabinas que ofrecen, además, espectaculares vistas durante el ascenso.
La historia de Masada
La fortaleza en el desierto de Judea fue construida por la dinastía asmodea del reino de Israel, aproximadamente 100 años antes de Jesucristo, pero fue el rey Herodes el que la convirtió en un refugio de gran importancia, construyendo un imponente palacio en uno de sus lados. Herodes no se sentía muy seguro en Jerusalén y pensó que un lugar como la montaña junto al Mar Muerto podría ofrecerle esa seguridad en caso de tener algún problema
El capítulo más conocido de la historia de Masada comienza años después de la muerte de Herodes, cuando un grupo de rebeldes judíos de la secta de los Sicarios vio en la fortaleza el lugar ideal para resistir el empuje de la represión romana a la rebelión que había empezado un tiempo antes. Lejos de dejarles tranquilos las legiones romanas los siguieron y los sometieron a un cruel asedio de años.
Cuando las tropas de Roma estaban a punto de tomar la fortaleza, para lo que habían necesitado construir una rampa de unos cien metros de altura, los rebeldes judíos decidieron elegir una "muerte honrosa" a una vida de esclavitud y se mataron unos a otros hasta que no quedó prácticamente ni un sólo superviviente.
Los restos de esa rampa, como los de los campamentos de las legiones que cercaban la fortaleza, todavía se pueden ver hoy en día:
Más información:
Masada en la Wikipedia.
Página del Gobierno de Israel.
Los Manuscritos del Mar Muerto en la Wikipedia.
Más fotos:
Pueden ver más imágenes de Masada como un pase de diapositivas en mi espacio en Flickr.
2 comentarios:
¿Sicarios? ¿No eran Zelotes?
En efecto ECampbell, eran Zelotes. Sucede que esta secta utilizaba una especie de cuchillo al cinto llamado "sica" y de ahí la derivación al español para el significado actual de la palabra y su interpolación entre ambas acepciones para referirse también a esta secta religiosa.
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