16.2.09

Grandes viajes y sorprendentes encargos: Henry Morton Stanley

Todo el mundo (al menos antes de la LOGSE) ha oído hablar del fantástico viaje de Henry Morton Stanley al corazón de África en busca del Doctor Livingstone, y quién más quién menos todos conocemos la frase culminante cuando, tras meses de dar tumbos por el Continente Negro se encontraron con un lacónico "El Dr. Livingstone, supongo", que ha quedado, creo yo, como uno de los más impresionantes ejemplos de lo que se ha dado en llamar la "flema inglesa".

Lo que no es tan conocido es que el viaje empezó en Madrid, ya que Stanley, que era periodista, estaba en España cubriendo los acontecimientos que habían dado lugar a la I República. En esta ciudad, mi ciudad, recibió un telegrama de James Gordon Bennett Jr., a la sazón director de su periódico, el New York Herald que le decía que fuese a París a reunirse con él. He oído alguna vez que recibió ese telegrama en la pensión en la que se hospedaba en la calle de la Cruz, cerca de Sol, pero no encuentro ahora el dato así que se lo cuento pero no lo den totalmente por bueno.

Llegado a París Stanley se encontró con su jefe, que le dijo que tenía que encontrar a Livingstone, misionero y explorador que se había perdido en África y del que hacía algunos meses que no se tenían noticias. Quizá hoy no nos demos cuenta de la magnitud del engargo, pero piensen bien lo que era encontrar a un único hombre perdido no se sabía muy bien donde en un continente del que no se tenían ni mapas.

El director sí que tenía claro lo que pedía y el fortunón que eso le podía costar:

"Saque mil libras ahora y cuando haya acabado con ellas saque otro millar, y cuando eso también lo haya gastado saque mil más, y cuando termine con eso saque otras mil, y así sucesivamente ¡pero encuentre a Livingstone!"

Al parecer (y no sé si como una pregunta irónica o retórica) Stanley le dijo a Bennett "¿Y quiere que haga algo más?". Esta fue la respuesta del director, tal y como la he encontrado en esta página web:

“Puesto que usted gastará en la expedición dinero de mi bolsillo, aproveche para cubrir la ceremonia de bendición del Canal de Suez, y ya que anda por allí, remonte el río Nilo, infórmenos de todo lo que sea de interés para los turistas americanos e ingleses y después dirijase a Palestina; he oído decir que en Londres se acaba de fundar una sociedad arqueológica que pretende reconstruir las ruinas de la antigua Jerusalén, mande un informe también de esto. Luego, visite usted Constantinopla e informe sobre las dificultades existentes entre el sultán y el khedive.

También, necesitaremos un informe detallado sobre los campos de batalla de Crímea. Una vez allí, puede usted dirigirse a través del Cáucaso al mar Caspio. Los rusos preparan una expedición contra China. Desde allí, ya puede usted ir pasando por Persia hacia la India, y escribirnos otro informe desde Pérsepolis. Bagdad le queda en el camino, de modo que también podría enviar otro informe sobre la construcción del ferrocarril sobre el río Eufrates…

Cuando usted llegue a la India, puede empezar a pensar en Livingstone. Es posible que entre tanto se haya oído ya algo de él y que se encuentre ya de vuelta en Zanzíbar; de ser así, se ahorraría usted la molestia y nosotros recortaríamos gastos. Esto es todo, buenas noches y que dios lo acompañe…”

Está claro, los viajes... ya no son lo que eran.

Más información
Henry Morton Stanley en la wikipedia (en inglés, la página en español no tiene mucha información).

James Gordon Bennett, Jr. en la wikipedia (en inglés, no hay página en español).

La foto la he tomado prestada de la web de la Universidad de Princeton, que tiene una página muy interesante sobre las grandes exploraciones de África.

Descarguen How I found Livingstone desde Project Gutenberg.

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